domingo, 15 de junio de 2014

Las cuatro reglas del método cartesiano

La primera era no aceptar nunca nada como verdadero que
no me hubiese dado pruebas evidentes de serlo: es decir,
evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención; y no
incluir en mis juicios nada más que lo que se presentase
tan clara y distintamente a mi inteligencia que excluyese
cualquier posibilidad de duda.

La segunda era dividir cada problema.en tantas pequeñas
partes como fuese posible y necesario para resolverlo mejor.

La tercera, conducir con orden mis pensamientos,
empezando por los objetos más sencillos y más fáciles de
conocer, para ir ascendiendo poco a poco, como por
peldaños, hasta el conocimiento de los más complejos; y
suponiendo un orden también entre aquellos en que los unos
no preceden naturalmente a los otros.

Por último, hacer en todo momento enumeraciones tan
completas y revisiones tan generales que me permitieran estar
seguro de no haber omitido nada.

Rene Descartes, 1637

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